Parece que todo el discurso de la ciencia y la investigación en nuestras universidades actuales, se han contaminado con los relaves de los conocimientos “regalados” en Internet, tratados ya sea como enfoques, como métodos, o argumentos sobre el conocimiento de la realidad. Los doctores que enseñan doctorados, los maestros que enseñan maestrías y casi todos están llegando a la conclusión idealista interesada de confundir a las masas intelectuales que ya existe. Los mismos que enseñaban “a cocachos” a sus alumnos el principio irrefutable de la Unidad y Materialidad del Mundo, han involucionado tan rápido hasta intentar demostrar que lo que han sido, en realidad, no lo han sido, que “todo es relativo”, que “lo que conocemos, no son conocimientos”, que nuestro saber no existe, cosas así. Por el lado de las técnicas está cargado de confusiones y malos entendidos. Aquí se cumple la metáfora de “la tierra de nadie” muy bien planteada por Clifford Geertz en su artículo sobre Géneros Confusos para esbozar el giro cultural de la refiguración del pensamiento social. A propósito de los géneros confusos, una de las verdades sobre las ciencias sociales es que “en años recientes ha habido una enorme mezcla de géneros en la ciencia social, así como en la vida intelectual en general y que tal confusión de clase continúa todavía (Geertz, 1992: 63).
Muchos científicos sociales han dado el giro de la explicación de leyes y ejemplos hacia la búsqueda de casos e interpretaciones. Por su parte, las humanidades han girado hacia la comprensión de fenómenos físicos. La confusión de géneros se percibe en todos los campos, los ejemplos de Geertz son muy ilustrativos: las investigaciones filosóficas parecen críticas literarias; las discusiones científicas se asemejan a fragmentos de bellas letras, fantasías barrocas se presentan como observaciones empíricas inexpresivas; aparecen historias que consisten en ecuaciones y tablas o en testimonios jurídicos; parábolas que pasan por ser etnografías; tratados teóricos expuestos como recuerdos de viaje, etc. y termina Geertz diciendo que ”lo único que falta es teoría cuántica en verso o biografía expresada en álgebra”
Según nuestros “científicos sociales” modernos la realidad, el mundo es un ARGUMENTO. Los cerebros neoliberalizados consideran como único razonamiento científico la ARGUMENTACIÓN. Así, muchas obras de sociología, antropología, psicología, pedagogía filosofía, economía, planificación, administración, etc, son argumentos esotéricos sobre sus supuestos objetos de estudio. Con argumentos o falacias de aparente verdad, han encontrado una estrategia de llevar a las masas intelectuales emergentes al sometimiento intelectual, la confusión, el oscurantismo, el apolitismo, el neutralismo y el acriticismo, etc; cuya finalidad pragmática es tergiversar la verdad de los hechos. Con los argumentos de aparente lógica y fungiendo artificios de supuesto “lenguaje científico”, pronto tal vez nos convenza que el cerebro de los Best Seller International son de oro y en comparación, “argüir”, por ejemplo que el cerebro de los pensantes latinoamericanos son de hierro, por lo que piensan sin brillo y con óxidos herrumbrosos, análogos al agua de sus ríos, el aire de sus cielos o la indumentaria de sus pueblos y cosas así.
F. Tarazona Pérez
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